Lo dicho, pensar es para tontos.
Un astuto lector (posiblemente inexistente y totalmente imaginario) preguntará… ¿En qué se basa usted, respetable bloggero, para escribir tal atrevida afirmación?
Y yo, educadamente, disertaré sobre mis reflexiones altamente reflexivas y reflexiviformes.
Sonaría algo así como…
Siempre he creído que pensar es para tontos.
¿Acaso a una persona lista le gusta lastimarse a sí misma por propia decisión? No creo (no entraré, tampoco, en temas de masoquismo, eso no me incumbe ni me incluye).
He llegado a la conclusión de que el Ser Pensante (y tomo prestado el término de Pensamientos ParaLelos), da demasiadas vueltas a los problemas.
Los problemas se alimentan de los pensamientos, al igual que los PPL, y por tanto, causan muchos problemas al Ser Pensante.
Cuando un problema se ha alimentado lo suficiente de las cavilaciones del Ser Pensante, éste acaba por pensar puras, reales y auténticas ESTUPIDECES. Las cuales no hacen más que dañar al Ser Pensante.
Por tanto, pensar es para tontos.